domingo, 28 de noviembre de 2010

Rito Francés: orígenes históricos



1º.- EL RITO DE LOS ANTIGUOS DEBERES

Cuando en 1337 comenzó en Inglaterra la guerra de los cien años, la necesidad de soldados y de dinero obligó a cerrar las costosas canteras góticas y propició la creación de un sindicato para dar trabajo a los masones en paro que no habían ido a la guerra: se creó la francmasonería (1356: Reglamentos para los Masones de Londres).

Dicha sociedad se componía entonces únicamente de compañeros y maestros y sólo recibía aprendices en su seno.

Dicha recepción se efectuaba durante el transcurso de un rito: el Rito de los Antiguos Deberes, durante el cuál se leía al recipiendiario un libro en el que estaba consignada la historia legendaria del oficio, un elogio de las siete artes liberales y los diversos textos morales que era necesario respetar en el oficio y en su vida de ciudadano.

Este primer rito masónico, que ha sido dado a conocer por varios manuscritos, permanecerá en vigor hasta 1729.

La ceremonia de recepción comprendía tres momentos sucesivos:

* El nuevo miembro pone la mano sobre el Libro de los Deberes del oficio, mientras se da lectura a los preceptos que contiene.

* Breve exhortación solemne, para exigir al postulante el respeto por estas reglas.

* Finalmente, una advertencia para exponer al postulante que cometería una grave falta si faltase a su palabra de respetar estos deberes.

Esta ceremonia no comprende transmisión de signos o palabras secretas y el juramento se presta sobre el Libro de los Deberes del oficio y no sobre la Biblia, conforme a los usos católicos y anglicanos y a la interdicción contenida en los evangelios (“Pero yo os digo: no juréis de ninguna manera”: Mt 5, 34).

2º.- EL RITO DE LA PALABRA DEMASÓN

La llegada del reformador calvinista John Knox (1514-1572) a Escocia para llevar allí la Reforma fue origen de profundas agitaciones en el terreno de la organización de cofradías hasta el momento católicas. Inmediatamente, los masones neoconversos que se hicieron presbiterianos (confesión cristiana propia de Escocia) desearon a su vez reformar la práctica de las antiguas reglas y llegar a una lectura solamente escrituraria (basada en la Biblia) de los deberes.

La reorganización de los deberes entrañó numerosos cambios en las logias operativas, que se hicieron más abiertas a la libre interpretación de las Escrituras según el principio de libertad de juicio preconizado por los reformadores.

El Rito de la Palabra de Masón habría sido elaborado en el seno de la logia calvinista de Kilwinning entre 1628 y 1637.

Los más antiguos documentos que le conciernen mencionan un ritual que consistía en recibir en logia a un nuevo miembro dándole un apretón de mano mientras se le comunicaba el nombre de las dos columnas del Templo de Salomón.

Los documentos más tardíos, sobre todo el “Manuscrito de Edimburgo”, que data de 1696 y era el ritual de la logia Canongate-Kilwinning, muestran notables evoluciones desde esa época. Mencionan especialmente un “catecismo” de preguntas y respuestas, la práctica de los cinco puntos del Compañerazgo, así como la transmisión de una palabra suplementaria en “M.B.” en el segundo grado.

El Rito de la Palabra de Masón es la forma original de los tres grados (aprendiz, compañero, maestro) practicados hoy por la casi totalidad de logias masónicas en el mundo.

3º.- RITO DE LOS MODERNOS

El Rito de la Palabra de Masón será transformado en un rito universal por la Gran Logia de Londres, permitiendo a la francmasonería acceder a un ecumenismo tolerante y conciliador.

4º.- RITO FRANCÉS

Los exiliados británicos aportan el Rito de los Modernos, que será traducido, progresivamente, al francés.

De manera que el así llamado “de los modernos” resulta ser el verdaderamente antiguo, esto es, el decano de los ritos que practica la Masonería especulativa.


Por Than - Publicado en: Historia - Comunidad: Masonería regular adogmática



Masonería, religión... confusiones de un Gran Maestro


Masonería no es religión. No tiene nada en contra de la religión, tampoco de las religiones, pero ella misma no es religión. No obstante, cierto vicio conceptual se viene introduciendo desde los años setenta en algunas pequeñas o grandes logias de España, corrupción que lleva a muchos a considerar la Orden como una especie de religión, más concretamente como un cierto cristianismo, incluso catolicismo, una orden no de constructores sino religiosa, de monjes que, además, llevan a cabo otras… extravagancias.

Esto es ciertamente peligroso, pues, al confundir los fundamentos de la Masonería con los de la religión y las religiones, la sociedad se pierde ambos aportes –el masónico y el religioso- o, al menos, uno de ellos, sea cual sea, que se ve tapado o empañado por el otro.

Una notable contaminación religiosa de la Francmasonería, como digo, es innegable en determinados casos en nuestro país.

Sin ir más lejos, ayer mismo pude leer en el diario La Vanguardia una entrevista a un Gran Maestro, Oscar de Alfonso. Una entrevista de cierto interés, pero en la que el entrevistado se contradice y se desdice. A no ser que la entrevistadora no haya sido fiel al recoger sus respuestas. También puede ser.

Concretamente, cuando la periodista le pregunta “¿Nacemos siendo una piedra bruta o es la sociedad quien nos embrutece?”, el entrevistado responde –no sé si es que se confundió o es que acaso hizo profesión de fe-: “No es la sociedad, sino el pecado original”.

Quien no lo conozca, no sabrá si quien ha respondido esto es un Gran Maestro o un obispo, un monje o un masón… En cualquier caso, si, como él mismo dice más adelante, “nos separa un abismo de la religión: no tenemos un cuerpo dogmático”, una vez más el Serenísimo se confunde y confunde, pues al haber hablado del pecado original se estaba identificando claramente con un cuerpo dogmático definido, el cristiano católico. A no ser que la entrevistadora haya recogido de manera incompleta sus respuestas. O que él haya respondido como hombre religioso y no como masón.

¿Respondió el masón o el cristiano? La entrevista induce a confusión… En cualquier caso, su protagonista fue entrevistado como masón, como Gran Maestro, no creo que como cristiano.

En nuestras Logias hay Hermanas y Hermanos creyentes en religiones, así como creyentes con creencias no religiosas. Estoy convencido de que la respuesta citada de De Alfonso no les retrata ni se identifican con ella. Es más, a algunos puede confundir lo que dice.

Cada uno de nosotros tiene derecho a creer en un Dios creador, en una inteligencia suprema, en una potencia inmanente, en una fuerza inconsciente o no creer en nada de esto. Cada uno puede practicar una religión o no practicar ninguna.

Con sumo respeto a las creencias, a toda creencia, pero sin querer identificar a la Orden con ninguna creencia concreta.

Esta es una de las grandezas y Luces indiscutibles de la Francmasonería.

Por Than - Publicado en: Laicismo - Comunidad: Masonería regular adogmática

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