SOBRE LA MASONERÍA.
Recopilación de Preguntas y Respuestas acerca de la Institución Masónica
para cualquier interesado en conocer sobre los masones y la masonería. (2/4)
\ ¿CUAL ES SU HISTORIA?
\ ¿INTERVIENE EN LA POLITICA?
¿CUALES SON LAS OBLIGACIONES Y LOS DERECHOS DE UN MASON?
\ 01 - ¿QUE ES LA MASONERIA?
¿CUÁL ES SU HISTORIA?
Dejando a un lado muchos y muy antiguos antecedentes históricos de la Masonería, oscuros e inconexos, señalaremos aquí que la Francmasonería surgió de las corporaciones de obreros de la construcción en la Edad Media. Los canteros alemanes y los constructores ingleses de esos tiempos no constituían únicamente asociaciones de oficios sino verdaderas hermandades en donde se enseñaba y ejercitaba una teoría secreta de sus respectivas artes y oficios. Muchos autores han probado que los Francmasones no han inventado su liturgia y sus símbolos, y que tampoco los han copiado de otras sociedades secretas arcaicas, sino que les han sido transmitidos, por sucesión directa, de las sociedades gremiales de que proceden.
Se pretende que la Masonería es tan antigua que ya existía y se practicaba en las pirámides de Egipto, en los templos de la India, en las cavernas de los Esenios, en las criptas secretas de los Mayas, en la Academia de Pitágoras y en muchas otras sociedades iniciáticas de muy remota antigüedad. Las semejanzas, reales o imaginadas, con los ritos y ceremonias que se llevaban a cabo en esos remotos tiempos, demuestran que la Francmasonería llena una íntima necesidad del espíritu humano, que es la de buscar la superación personal y encauzar las potencialidades individuales hacia el bien común. No es pues, la lógica de las técnicas y métodos que son más eficaces para lograr la evolución interna en el hombre. Que estas técnicas no hayan variado grandemente en el curso de varios milenios no debe extrañarnos, ya que el hombre sigue siendo esencialmente semejante en sus manifestaciones mentales y afectivas desde que es hombre, a pesar de todas las modificaciones ambientales que ha logrado la civilización.
La Masonería, en su forma actual, tomó cuerpo en Inglaterra a fines del Siglo XVII. Con anterioridad, existían en Alemania, Francia e Italia las cofradías de constructores, o "masones", en donde se enseñaban no solamente las artes y las ciencias que debía dominar un maestro constructor, sino que se impartían principios de moral y buena conducta, que garantizaran la armonía dentro de las corporaciones. Los lustros de duración de las monumentales obras que ejecutaban los "masones" (entre las cuales se cuentan las más preciadas joyas del estilo gótico) favorecían que se estableciesen relaciones muy estrechas entre los numerosos artistas y obreros, los cuales formaban verdaderos "equipos" bajo la dirección de sus grandes maestros arquitectos, que eran solicitados para ejecutar obras en ciudades distantes y en diferentes países. Natural es que, en sus viajes, buscasen la ayuda de otros miembros de su misma profesión, también agremiados en cofradías, y que asistiesen a las reuniones de sus "logias". De esta necesidad de viajar y ser reconocidos y atendidos, como de las preocupaciones que cada agrupación debía tomar para no admitir entre sus miembros a un operario que fuese a romper la armonía por su mala conducta, o a explotar en su beneficio personal los conocimientos técnicos que se impartían en las logias, surgieron los signos secretos de reconocimiento, la jerarquización en tres grados, con obligaciones y prerrogativas distintas, y el sigilo y discreción para realizar las reuniones de masones. El nombre de Francmasón, derivado de la palabra “Freemasón”, y que significa "masón libre" o albañil libre, se daba a los constructores que tenían libertad para contratar sus servicios con cualquiera persona y en cualquier país, a diferencia de los que estaban al servicio exclusivo de algún noble, prelado eclesiástico o monarca. Estos últimos, desde luego, no precisaban de signos de reconocimiento, ni de todas las demás cosas que caracterizaban a las logias de Francmasones. Por la necesidad de viajar y de conocer diversos países y costumbres, los Francmasones tuvieron contacto con distintas maneras de pensar y diferentes organizaciones políticas, lo cual les confirió un punto de vista excepcionalmente amplio hacia los problemas religiosos, filosóficos, económicos, sociales y políticos de su época. Hubieron de admitir, con igualdad de derechos, a hombres de distintas nacionalidades, credos y razas, y esto sentó las bases a los principios humanistas de la naciente Orden. En los siglos X, XII y XIV, se emprendieron en Escocia e Inglaterra grandes obras, y para su realización se importaron constructores alemanes, quienes llevaron consigo los usos y costumbres de las logias alemanas. A su influjo, nacieron las logias escocesas e inglesas.
Hacia principios del siglo XVIII, la construcción había decaído grandemente y, consecuentemente, languidecían las logias de los masones operativos; entonces, en 1717, se constituyó en Londres una Gran Logia, bajo el patrocinio de un grupo de hombres de gran ilustración, que veían con pena la decadencia de las logias de constructores. Fue entonces cuando nació, propiamente, la Francmasonería de nuestros tiempos, la cual ha conservado cuidadosamente el espíritu de las antiguas cofradías, sus principios constitucionales y los usos y costumbres tradicionales, apartándose de la construcción material. Admitió en sus filas a hombres de todos los oficios y condición social, a la vez que daba una interpretación elevada y filosófica a sus símbolos; así, la Francmasonería adquirió un carácter más amplio, susceptible de extenderse por todo el mundo.
Al ser electo Jorge Payne para el cargo de Gran Maestro, emprendió la meritoria tarea de reunir todos los preceptos existentes y formar una colección de 39 ordenanzas generales, que fueron revisadas por el Dr. James Anderson, teólogo e historiador, y sirvieron de base a la constitución publicada en 1723, que es el primer fundamento legal de la Masonería. Prosperó, a partir de ese momento, la Orden, contando entre sus iniciados a distinguidos miembros de la nobleza y de la familia real de Inglaterra. Entre 1739 y 1772, surgieron ciertas desavenencias internas que dieron origen a su separación en dos Ritos: el Rito Escocés Antiguo y Aceptado y el Rito de York, o del Real Arco. De Inglaterra, la nueva Francmasonería se extendió rápidamente a otros países. En Francia apareció entre 1721 y 1732 y alcanzó un auge inusitado. Se formaron nuevos ritos y se crearon grados filosóficos, siendo ésta, al principio, una innovación mal recibida en los demás países, ya que infringía los Antiguos Limites que únicamente establecen los primeros tres grados. La Masonería Francesa ha contado entre sus miembros a distinguidas personalidades, como Voltaire, Rousseau, Condorcet, Víctor Hugo, Gambetta, Herriot, Dantón, Marat, Alejandro Dumás, Napoleón Bonaparte, Emilio Zolá y muchos más. En las Logias Masónicas se gestó la Revolución Francesa, y de los principios masónicos se sirvieron los revolucionarios como bandera en la lucha contra la tiranía.
Entre los masones más distinguidos mencionaremos a: Federico el Grande de Prusia, Francisco I de Austria, Goethe, Mozart, Beethoven, Wagner, Benjamín Franklin, George Washington, el Conde de La Fayette. Thomas Jefferson, Abraham Lincoln, Américo Vespucio, Leonardo Da Vinci, Gral. Prim, Francisco Javier Mina, Emilio Castelar, Simón Bolívar, José Martí, Bernardo O’ Higgins. José de San Martín, Antonio José de Sucre, José María Morelos y Pavón, Ignacio Allende, Vicente Guerrero, Guadalupe Victoria, Agustín de Iturbide, Valentín Gómez Farías, Nicolás Bravo, Benito Juárez, Melchor Ocampo, Sebastián Lerdo de Tejada, Porfirio Díaz, Ignacio M. Altamirano, Juan de Dios Pesa, Amado Nervo, Ignacio Ramírez, Alfredo Chavero, El Barón de Humboldt, Francisco I. Madero, José María Pino Suárez y muchos otros más. Las fuerzas renovadoras que han actuado dentro de ella, en nuestro país, la han modernizado y cohonestado con los adelantos de nuestro tiempo, y se observa una saludable tendencia a incorporar a sus técnicas y enseñanzas los descubrimientos más modernos de la ciencia. De esta manera, la Masonería evoluciona y se pone a tono con la época, para seguir siendo fuente de donde brota la fuerza renovadora del pensamiento humano.
¿INTERVIENE EN LA POLÍTICA?
Con mucha frecuencia se formula la pregunta de si la Masonería desarrolla actividades de índole política. Esto es lo primero que se le ocurre a quien lee en las páginas de la historia la larga lista de estadistas, reformadores, revolucionarios y patriotas que fueron Masones. Quienes piensen que la Masonería es una organización política están equivocados, como suele equivocarse quien examina superficialmente las cosas y no penetra las apariencias para aquilatar su verdadero significado. Es cierto que en las Logias Masónicas se han formado hombres como Voltaire, Washington, Bolívar, Juárez y Madero; pero también de ellas han surgido grandes sabios y artistas, como Franklin, Newton, Mozart, Beethoven, Wagner, Chavero, Edison, Kant, Spinoza, Rutherford, H. G. Wells, Oppenheimer, Dewey y tantos otros más que nunca se ocuparon de la política, como no fuese desde un plano filosófico y humanista.
Pese a los esfuerzos de quienes en ciertas épocas han pretendido desentenderse del carácter real de la institución y han hecho esfuerzos por transformar en bandera política, la Masonería ha conservado, hasta ahora, su verdadera naturaleza de escuela y taller en donde se forja la personalidad y evolucionan las facultades más nobles del hombre. Es un laboratorio en donde se ejercita el análisis y la síntesis de todas las ideas y de todos los nuevos conceptos filosóficos, en el ambiente aséptico propicio para el claro y recto pensar, y en donde se funden en el crisol del trabajo mancomunado y de la lucha constante, los más diversos metales, para obtener la amalgama y la aclaración con que se forjan los hombres capaces de dedicar sus vidas al progreso de la humanidad, sin distingo de raza, credo o nacionalidad.
La Masonería ha enseñado a estos hombres a luchar primero consigo mismos, para limar sus asperezas y fortificar sus almas. Les ha mostrado el camino de la convivencia fraterna, el respeto mutuo, la dignidad y el heroísmo. Ha inflamado sus corazones con el amor a sus semejantes y de santa indignación contra la injusticia y la tiranía que degradan al hombre y encadenan su pensamiento. Por eso es que en su seno se han gestado tantas iniciativas trascendentales para el adelanto de la humanidad y de ella han surgido, de tiempo en tiempo, grupos fuertes y de gran cohesión que han logrado imprimir a sus naciones, y al mundo, los más importantes impulsos evolutivos. La Masonería es esto y mucho más; pero lo que no es, ni ha sido jamás, es un partido político, ni una organización militante al servicio de tal o cual encumbrada personalidad, ni los exponentes de tal o cual "Ismo" (ni siquiera del liberalismo, como doctrina política) ni una mafia de "Carbonari", aunque sus detractores así le hayan descrito con demasiada frecuencia. Jamás podría ser cualquiera de estas cosas sin perder inmediatamente su sentido humanista y universal, quedando a merced de las contingencias temporales y a la mezquindad de las lides personalidades personalistas. La Masonería está por encima de la política y sobre todo de la politiquería. Pero así como nadie construye una casa para que permanezca deshabitada, ni se fabrica un barco si nunca ha de navegar, ni se prepara un banquete si nadie ha de comerlo, ni ejercita el atleta sus músculos si no ha de emplearlos, así también, carecería de sentido alguno la actividad masónica (personal e interna) del desarrollo de las facultades superiores del hombre, si no desembocara en forma natural y lógica en los múltiples cauces de la actividad social desempeñada por cada uno de sus miembros, dentro de la esfera de influencia personal y como resultado de su iniciativa propia.
Por ello es que, aun no siendo la Masonería una organización política, y ocupándose, como lo hace, principalmente de la evolución personal de cada hombre, resultaría absurdo que forjase guerreros del progreso y conductores de la humanidad y les prohibiese toda actividad política, ya que en la realización de logros concretos, está la justificación histórica de la institución. De lo cual resulta que, individualmente, los masones sí intervienen activamente en la política de sus países cuando la ignorancia, el fanatismo o la ambición, tratan de sojuzgar a los pueblos. Con respecto a las batallas que libran los masones en el mundo, la Institución Masónica se mantiene tan independiente como lo puede ser una Universidad con relación al trabajo profesional de sus egresados.
Existe, sin embargo, una diferencia importante: mientras la Universidad se limita a preparar al estudiante y una vez que le ha entregado si título pierde casi todo contacto con él y con el buen o mal trabajo que desarrolle, en cambio la Masonería sigue abrigando con sus alas a sus miembros, dándoles ocasión de que nunca cesen de estudiar y perfeccionarse, velando por que se consoliden los lazos de fraternidad y comprensión mutua y juzgando severamente la actuación de cada uno de ellos cuando violan los principios morales proclamados por el ideario de la Orden.
¿CUÁLES SON LAS OBLIGACIONES Y LOS DERECHOS DE UN MASON?
Toda sociedad tiene derecho de exigir de sus miembros el cumplimiento de ciertas obligaciones y, a la vez, le hace partícipe de los beneficios que ofrece. La Masonería no es una excepción, por lo que es justo y necesario que antes de contraer las obligaciones de un Masón, sepa cuáles son estas obligaciones y cuáles los derechos que se adquieren.
La primera de las obligaciones consiste en guardar un silencio absoluto de los asuntos tratados en las reuniones o "tenidas" (como se les designa masónicamente). La Masonería no es propiamente, una sociedad secreta, pero si es discreta. En los varios siglos de actuación que lleva recorridos ha podido probar que sólo con reserva, sigilo y discreción se puede estar a salvo de los ataques que nacen de la incomprensión, del fanatismo y de la envidia. A los que comentan que: "¡Algo de malo habrá en ello, puesto que se esconden para hacerlo!", Les contestaremos que nunca las nuevas ideas han encontrado el camino sembrado de comprensión, buena voluntad y aliento. Por el contrario, recordemos a Sócrates acusado de pervertir a la juventud, a Galileo torturado por blasfemo, a Spinoza excomulgado por ateo, y tantos otros que han seguido igual o peor suerte. Y si hay quien diga que esos tiempos ya pasaron y que en los tiempos actuales hay libertad de expresión y respeto hacia las nuevas ideas, les diremos que están en su derecho para creerlo así; pero que la Masonería está estructurada de modo tal que pueda seguir funcionando aunque impere un régimen de opresión política y económica y de coartación de la libertad.
Por tanto, no necesita justificar su exigencia de que los miembros guarden cuidadosamente sus secretos, puesto que ello es parte de su naturaleza, y la sabiduría de este proceder ha sido constatada en tiempos buenos y malos. La segunda de las obligaciones de un buen Masón es la de trabajar intensamente en pro de su propia perfección interna. Deberá corregir sus propios defectos, combatir sus pasiones y prodigarse en el servicio para con los demás. En esto consiste el trabajo masónico, que es, como se dijo antes un trabajo personal de evolución y labrado de la personalidad. No es buen masón quien solamente se dedica a reunir abundantes conocimientos sobre filosofía, historia, ciencia litúrgica, psicología, sociología, etc., si esta ilustración no va acompañada de un auténtico espíritu fraternal que le impulse a correr en auxilio de todo hombre que necesite de sus servicios. Tampoco podrá calificarse de masónica labor de quien está animado de grandes deseos de hacer el bien, pero que carezca de la ilustración y capacidad suficiente para reconocer la forma más eficaz y provechosa de hacerlo.
El verdadero Masón cohonesta sus conocimientos con un comportamiento altruista y virtuoso, y pone en juego ambas cualidades en trabajo infatigable, para que sus buenos deseos se transformen en realidades palpables. La tercera obligación es la de cumplir con los Estatutos Generales de la Orden, las Constituciones de la Gran Logia a que pertenezca y los Reglamentos particulares de su logia. Aunque no sería posible dar a conocer en esta obra este cuerpo de disposiciones legales, bastará explicar que su objetivo único es el de fijar las normas de gobierno y funcionamiento interno de logias, y que todo masón sabe que estas órdenes tienen como mira el bien común y jamás pueden contravenir los principios del honor y virtud que proclama la Orden.
Huelga decir que entre las obligaciones que se desprenden de los Reglamentos particulares de las logias están incluidos los de asistir puntualmente a la "tenidas" semanales, estar al corriente en los pagos de las cuotas personales, o "capitas", y conducirse siempre con decoro y orden. En primer lugar, ofrece su conjunto de enseñanzas sistematizadas, las cuales va impartiendo a cada quien, según los méritos alcanzados por su esfuerzo personal. Otorga a todos sus miembros el derecho de recibir ayuda y amor fraternal en cualquier lugar del mundo en que se encuentren.
El masón tiene amigos en todas partes, siempre dispuestos a correr en su auxilio en el momento en que los llame. Sin importar las diferencias de rito que practique ni la jurisdicción a que pertenezca, cada masón se considera hermanado con todos los demás masones del mundo. En la mayoría de las organizaciones masónicas existen, además, otras ventajas de orden mutualista, como por ejemplo: el seguro de vida, bolsa de trabajo, fondo asistencial, etc. Debemos hacer notar, sin embargo, que no es en estos servicios asistenciales donde radican los beneficios de la Masonería, sino en la oportunidad que brinda a sus miembros para estudiarse a sí mismos y ponerse a prueba dentro de los trabajos de la logia, alcanzando un mejoramiento constante, gracias a las sabias normas y disciplinas de la Orden.
Finalmente, la Masonería brinda a quienes evolucionan dentro de ella, la oportunidad de ampliar su campo de acción en el mundo externo y desarrollar una actividad de mayores alcances y trascendencia. Esto se logra como resultado de la cohesión que se establece entre los masones y que después trasciende a los diversos campos de acción en que se encuentran profesionalmente. No es esto el producto de un plan de acción premeditado por la Institución Masónica y que aconseje colocar a fulano aquí y a zutano allá, como piezas de un ajedrez en que se juegue alguna trascendental partida política; es más bien la polarización espontánea de todos los hombres en quienes se ha sublimado el amor a la libertad, a la justicia social y al progreso, cuando con ocasión de un acontecimiento que viola los derechos del hombre y obstaculiza la marcha ascendente de la humanidad, convergen al unísono, impelidos por sus ideales de Libertad, Igualdad y Fraternidad. Para coordinar la actividad externa social, educativa, benéfica y política de los masones existen asociaciones civiles, en cuyo seno se reúnen los masones de todos los ritos, jurisdicciones y obediencias, para aunar sus esfuerzos y luchar hacia las nobles metas que en los talleres masónicos se enseñan. Estas asociaciones representan, para la masonería, lo que el brazo es para el cerebro: un órgano ejecutivo para la realización de los ideales masónicos.
Fuera de estas obligaciones y derechos no hay otros. Cada Masón lo es por su libre y espontánea voluntad, y tiene derecho a retirarse, como caballero, de la Masonería, cuando lo desee, si que por ello sufra persecuciones, amenazas o ataques. Sólo se le pide, bajo su palabra de honor que no revele los secretos de la institución, y si no lo cumple, el único que se perjudica es él mismo y no la Masonería, ya que el verdadero y más preciado secreto masónico es inviolable por su naturaleza.
01 - ¿Qu ES LA MASONERIA?
La Masonería es una institución Filosófica, Filantrópica y progresista, cuyo máximo objetivo es estimular el perfeccionamiento moral e intelectual de los hombres y pueblos; o – más escuetamente – es una escuela formativa de hombres.- Es una asociación voluntaria de hombres, cuyo origen se pierde en la antigüedad, que actualmente agrupa a más de seis millones de miembros a lo largo y ancho del mundo Es un sistema de conducta ético y moral donde se aprende a dominar los vicios, las pasiones, las ambiciones, el odio y los deseos de venganza que oprimen al hombre. Es una Orden iniciática, esotérica, elitista y caballeresca, que practica la fraternidad y la tolerancia, que admite a todo hombre libre y de buena reputación, sin distinción de raza, religión, ideario político o posición social, exigiendo únicamente que posea un espíritu filantrópico y el firme propósito de tratar siempre de ir en busca de la verdad y la perfección. Está basada en la creencia en un Ser Superior, o Dios, al que denominamos Gran Arquitecto del Universo, como principio y causa de todas las cosas.
Es, o parece, rígida en sus principios, pero es tolerante con las personas y enseña a respetar las opiniones de los demás, aunque difieran de las propias, incitando a todos a la Tolerancia y la Fraternidad. Sus miembros aprenden sus preceptos en ceremonias ritualísticas, que siguen antiguos ritos, formas, usos y costumbres de los constructores de catedrales, utilizando las mismas herramientas como guías alegóricas. En las Logias se aprende a amar a la Patria, someterse a las Leyes, respetar a las autoridades legalmente constituidas, y a considerar al trabajo como un Deber esencial del ser humano. Trata de hacer un hombre bueno, un hombre mejor.
Por ello la Francmasonería:. “es una ciencia de moral velada en alegorías y esclarecida con símbolos La Masonería es muchas cosas, pero, por encima de todo, es un estilo de vida. EVIDENTEMENTE, PARA CONOCERLA HAY QUE VIVIRLA; no se puede llegar a conocer la Masonería a través de los libros, solo se logra con el trabajo en la Logia. Francisco de Paula Santander ha definido la Masonería en una forma bellísima así: “Es una fraternidad filosófica que busca hacer de hombres buenos, hombres mejores, mediante la práctica del honor, la moral, la virtud y el amor a la humanidad; predica la tolerancia y el respeto, combate la ignorancia, apoya las artes y las ciencias, y se esfuerza para que sus adeptos busquen y encuentren la verdad. Exige a sus miembros la sobriedad y las buenas maneras, tener buenas costumbres, ser bueno ciudadanos, respetar las leyes de su país, evitar la ociosidad, dar buen ejemplo y ser buenos padres, hijos, hermanos, esposos y amigos. Proclama la paz, repudia la guerra, aspira a que el mundo sea gobernado por la razón, y quiere que sus miembros participen en el cambio de la humanidad hacia una vida mejor.”
La masonería es una actividad de esclarecimiento permanente, que se lleva a cabo mediante un método complejo, que incluye Relación personal, Dinámica de grupos, Introspección, Especulación simbólica, Educación en actividades vitales y sociales, Interiorización de valores, Unificación de posiciones ideológicas, Crecimiento personal, pero sobre todo de AUTOESTUDIO. "Los enemigos más encarnizados de nuestras ideas, son aquellos que no las entienden." ALBERT EINSTEIN.
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