sábado, 3 de septiembre de 2011

Louis Jacolliot - Impresiones sobre Agartha - Débora Goldstern

Louis Jacolliot
Impresiones sobre Agartha
Débora Goldstern



Louis Jacolliot
Fue en la Doctrina Secreta, la monumental obra de Helena Petrovna Blavatsky, donde por primera vez accedí a referencias sobre Louis Jacolliot. La obra de este estudioso francés fue material capital en la redacción de la saga blavataskiana, en especial por sus profundos conocimientos del pasado prehistórico de la India, país, en el cual Jacolliot residió por varios años.
Desgraciadamente pocas obras de casi una centena de su autoría, se encuentran a disposición pública, pudiéndose citar La Historia Oculta de la India, y Las Leyes del Manú como alguno de los títulos más destacados.
Autor hoy día casi olvidado, su rescate por parte de Crónica Subterránea obedece a los informes que sobre el Agartha recogió Jacolliot en su paso por la India, material que más tarde retomaría el famoso esoterista Alexander Saint Alveydre, aunque agregando más datos al enigma del Agartha.
El capítulo escogido para ilustrar al lector sobre Louis Jacolliot, pertenece a “El Mundo Perdido de Agharti"de Alec Maclellan.




LOS BUSCADORES DE UN MUNDO PERDIDO

El hombre que se abría camino por entre las casetas apretadas del bazar de Calcuta difícilmente era mirado dos veces por la gente que se arremolinaba a su alrededor. El ruido y el hedor del lugar no parecían perturbar aquella pequeña figura, aunque de inmediato resultaba evidente por su traje bastante desaliñado y los rasgos pálidos que no era un indio. Un sombrero de color blanco deslucido ocultaba en parte su rostro barbudo, y la chaqueta de color claro que vestía estaba ya manchada de sudor por la espalda y de suciedad por la parte delantera, por donde el hombre tenía que empujar a través de un estrecho vacío entre las casetas, o frotarse contra un nativo sucio y gesticulante. Aunque los extranjeros no resultaban en absoluto raros en el bazar de esta activa capital India a mediados del siglo X IX, solían conducirse de un modo bastante más imperioso que el de este hombrecillo tan poco atractivo. Al fin y al cabo, la ciudad era la sede del Gobierno de la India británica, y con su posición en la salida natural del río Ganges se había convertido en un gran centro comercial e industrial. Como era de esperar, el lugar era una mezcla de magníficos palacios construidos por los principales indios, espléndidos edificios administrativos construidos por los Raj británicos, y algunos de los barrios más horribles de toda la India. Incluso hoy día siguen persistiendo algunas de las temibles condiciones que habían sido resumidas por los acontecimientos de "agujero negro de Calcuta" cien años antes. Pero ni esos recuerdos ni la miserable atmósfera en que se encontraba el extranjero parecían molestarle lo más mínimo. Daba la impresión de hallarse tan sumido en sus pensamientos que era totalmente inconsciente de cuanto le rodeaba.
Aquel hombre era Louis Jacolliot, un funcionario consular francés que servía en la capital, pero también un hombre apasionadamente dedicado a la búsqueda y colección de información arcana. No era un cómodo investigador de biblioteca, de los que rebuscan los límites tranquilos y ordenados de esas sedes del aprendizaje; prefería buscar material sin recoger, tradiciones orales que sólo se podían encontrar entre las gentes del lugar. Y para asegurarse esos elementos tenía que sumergirse en todos los estratos sociales de la vida ciudadana, desde las deslumbrantes mansiones palaciegas de los indios de alta casta a las calles cubiertas de enfermedades de los barrios y bazares, donde los pobres de Calcuta llevaban vidas miserables. Pero al pasar de .la aparente absorción en sus pensamientos, Jacolliot apenas se perdía nada de cuanto ocurría a su alrededor en el bazar. Hacía tiempo que había aprendido a tener un aspecto discreto, lo que le ayudaba a ganar la confianza de la gente en un lugar como ése. Por contra, también era capaz de conducirse con cortesía y dignidad cuando le era necesario. En suma, se había entrenado cuidadosamente para tener la mente alerta y un cerebro inquisitivo en servicio de su ardiente deseo de información sobre la antigua historia de la India. Jacolliot era impulsado por una convicción simple y compulsiva. Solía decir: "Estudiar la India es rastrear las fuentes de la Humanidad." En el primero de los veintiún libros que iba a producir durante su vida, La Bible dans L 'Indie (1868), demostraba haber llegado ya a las mismas conclusiones sobre la influencia de este poderoso subcontinente sobre las otras civilizaciones que había alcanzado el profesor Friedrich Muller y sus contemporáneos que trabajaban con él.

Jacolliot escribía: "La propia antigüedad tenía una antigüedad que estudiar, que imitar y que copiar, del mismo modo que la sociedad moderna se codea con la antigüedad a cada paso, que nuestros poetas han coplado a Homero y Virgilio, Sófocles y Eurípides, a Plauto y a Terencio; que nuestros filósofos se han inspirado de Sócrates, Pitágoras, Platón y Aristóteles; que nuestros historiadores toman como modelo a Tito Livio, Salustio o Tácito; que nuestros oradores copian a Demóstenes o Cicerón; nuestros médicos estudian a Hipócrates, y nuestros códigos transcriben el Justiniano. Eso es lo más lógico y más simple. ¿No se preceden y suceden los pueblos unos a otros? ¿El conocimiento dolorosamente conocido por una nación se limita a su propio territorio y muere con la generación que lo produjo? ¿Qué hay de absurdo en la sugerencia de que la India de hace 6.000 años, brillante, civilizada, sobrante de población, imprimiera en Egipto, Persia, Judea, Grecia y Roma un sello tan imborrable, unas impresiones tan profundas, que sigan impresas aún sobre nosotros?"
Basándose en esta convicción, Jacolliot llevó a cabo gran parte de su investigación, y los hechos que recogió y presentó en sus veinte libros siguientes subrayan aún más sus palabras. Lo que sigue siendo un enigma hasta hoy es el motivo de que hubieran sido tan tristemente despreciados y tan poco citados; pues no nos debe caber duda de su importancia, como sus "discípulos" Pauwels y Bergier han afirmado en su libro, El retorno de los brujos (1960); aunque ellos mismos no le dedican más que una página, afirman: "Jacolliot escribió algunas obras proféticas muy importantes, comparables, si no superiores, a las de Julio Verne. También dejó varios libros que tratan de grandes secretos de la raza humana. Muchos y grandes autores ocultistas, profetas y milagreros han tomado prestado de sus páginas lo que, completamente despreciado en Francia, es bien conocido en Rusia." Madame Helena Blavatsky, la emigrada rusa que, como veremos más adelante en este capítulo, tomó prestados libremente y con frecuencia cosas de Jacolliot sin citarlo, apreciaba también su importancia, aunque se guardó de alabarle.
Escribió lo siguiente en su Isis desvelada (1877): "Sus veinte o más volúmenes sobre temas orientales [de JacolIiot] son realmente un curioso conglomerado de verdad y ficción. Contienen gran cantidad de hechos y tradiciones, filosofía y cronología india, junto con muchas opiniones valerosamente expresadas. Pero parece como si el filósofo se viera constantemente superado por lo romántico. Es como si dos hombres estuvieran unidos en su autoría: uno de ellos cuidadoso, serio, erudito, el otro un novelista francés sensacionalista y sensual, que juega los hechos no como son sino como él los imagina. Sus traducciones del Manu son admirables; su capacidad de controversia, marcada; su opinión de la moral sacerdotal, injusta; y en donde reveló, aunque precavidamente, detalles de un vasto y antiguo reino subterráneo que decía había llegado a conocer por medio de "la traducción de todos los antiguos manuscritos de hoja de palma que he tenido la fortuna de que los brahmanes de las pagodas me hayan dejado ver". El relato más específico que encontró aparecía en una obra, el Agrouchada Parikshai {Libro de los espíritus), que habla de un paraíso subterráneo que floreció "siglos antes de nuestra era". Estaba presidido por el Brahm -atma, o jefe supremo, el dirigente de los iniciados, un gran cuerpo de seguidores devotos, descendientes de una antigua civilización. El supremo pontífice, el Brahm-atma, era el único poseedor de una fórmula mística, descrita corno "que simbolizaba todos los secretos iniciáticos de las ciencias ocultas" y representada por las letras
AUM, que significaban:
A
Creación
U
Preservación
M
Transformación
Según el Agrouchada Parikshai: "El Brahm-atma sólo podía exponer su significado en la presencia de los iniciados del tercer y supremo grado." Jacolliot comenta: "Este mundo desconocido, del que ningún poder humano, lncluso ahora que la tierra superior ha sido machacada por las invasiones mongolas y europeas, puede forzar a ser revelado, se conoce como templo de Asgharta ... Quienes allí habitan poseen grandes poderes y tienen conocimiento de todos los asuntos del mundo. Pueden viajar de un lugar a otro por pasadizos que son tan antiguos como el reino mismo." La localización de Asgharta bajo una tierra "machacada por las invasiones" era el modo típico de Jacolliot de poner en palabras su convicción -basada, como todas sus creencias, en la investigación y la intuición- de que el reino se hallaba en algún lugar bajo la tierra central de Asia. Ello disfrazaba también sin duda-su frustración por no haber tenido nunca la oportunidad de poner a prueba su teoría viajando por Asia, pues sus últimos traslados en el consulado le llevaron a las Indias Orientales, Tahití, y luego de vuelta a Francia. Por tanto, la historia de Asgharta siguió siendo un enigma para él durante el resto de sus días. Pero no se puede negar el importante papel que ya había jugado al publicar esos hechos.
Un nuevo y extraño acontecimiento le ocurrió a Louis Jacolliot antes de abandonar la India que creo debe ser incluido aquí. Estaba convencido, como él mismo decía, de que el pueblo de Asgharta estaba formado por los descendientes de una civilización prevédica, y que eran maestros en los poderes secretos. Cuando en compañía de un viejo fakir observaba un ritual, se elevó un "espíritu" que él creía podía haber sido el alma de una de esas gentes. Enfatizo el término "podía", porque Jacolliot no hace tal afirmación, aunque al menos un estudioso de sus obras cree que la posibilidad es muy grande.

El acontecimiento está registrado en su libro Phénoménes et Manifestations (1877), en el que describe a los fakires como "los únicos agentes entre el mundo y los iniciados quienes raramente cruzan los umbrales de su sagrada habitación". Los dos hombres estaban sentados en un antiguo templo, y así es como Jacolliot describe lo sucedido: "El fakir continuaba sus evocaciones con más voluntad que nunca; una nube opalescente y opaca empezó a suspenderse cerca del pequeño brasero, que por petición del hindú yo había alimentado constantemente con carbones encendidos. Poco a poco asumió una forma enteramente humana, y distinguí el espectro, pues no puedo llamarlo de otra manera, de un viejo sacrificador brahmán arrodillado cerca del pequeño brasero. "Llevaba en su frente los signos sagrados de Vishnú, y alrededor de su cuerpo el triple cordón, signo de los iniciados de la casta sacerdotal. Unió sus manos por encima de su cabeza, como durante los sacrificios, y sus labios se movieron como si estuviera recitando oraciones. En un momento dado, tomó un pellizco de polvos perfumados y lo arrojó sobre los carbones; debía ser un compuesto extraño, pues un espeso humo se elevó al instante e invadió las dos cámaras. "Cuando se disipó percibí el espectro que, a dos pasos de mí, me extendía su mano sin carne; la tomé entre la mía, haciendo una salutación, y me asombré al comprobar que, aunque huesuda y dura, estaba caliente y viva.
"En ese momento le pregunté: "¿Eres tú un antiguo habitante de la tierra?" "No había terminado la pregunta cuando la palabra AM (sí) apareció y luego desapareció en letras de fuego sobre el pecho del viejo brahmán, con un efecto muy semejante al que la palabra producirla si se escribiera en la oscuridad con una vara de fósforo. "¿No me dejarás nada como presente de tu visita?", volví a preguntar. "El espíritu rompió el triple cordón, compuesto de tres hebras de algodón, que tenía anudado a su cintura, me lo dio y desapareció a mis pies:' No es sorprendente que Jacolliot se sintiera perplejo por lo que había visto. Más tarde escribió: "La única explicación que hemos podido obtener sobre el tema de un brahmán ilustrado, con quien me unía una estrecha intimidad, fue ésta: "Habéis estudiado la naturaleza física y habéis obtenido, mediante las leyes de la naturaleza, maravillosos resultados: vapor, electricidad, etc.; durante veinte mil años o más nosotros hemos estudiado las fuerzas intelectuales, hemos descubierto sus leyes, y. obtenemos, haciéndolas actuar a solas o en concierto con la materia, fenómenos todavía más sorprendentes que los vuestros." Si aceptamos la validez de lo que Jacolliot vio y nos contó, y no hay nada que impida que no debemos hacerlo-, entonces es que pudo haber experimentado la extraña fuerza conocida como Poder Vril que se dice poseen las gentes de Aqharti. Fuera así o no volveremos a discutir con detalle más adelante este misterioso poder.
Aunque las referencias de Louis Jacolliot a Asgharta eran muy breves, tomadas en el contexto de sus amplios veintiún volúmenes sobre la historia antigua de la India, fueron sin embargo lo bastante intrigantes para atraer la atención de otros dos contemporáneos, cada uno de ellos tan diferentes de él y del otro como quepa imaginar. El primero era un extraño y grandilocuente ocultista francés llamado Saint-Yves d' Alveydre, y el otro una ex¬traordinaria dama rusa que fundó la Sociedad Teosófica, Madame Helena Blavatsky. Ambos, cada uno a su modo, estaban buscando a Agharti, e hicieron sus contribuciones específicas al desarrollo del interés por el tema.

Carlos Alberto Iurchuk - Ufología Clásica - Entrevista Exclusiva - Débora Goldstern

Carlos Alberto Iurchuk
Ufología Clásica
Entrevista Exclusiva
Débora Goldstern©


Carlos Alberto Iurchuk

Acaba de ser elegido, consultor de la recién creada Comisión de Investigación de Fenómenos Aeroespaciales (CIFA), entidad argentina de carácter gubernamental.
Es además, uno de los principales impulsores de la Comisión de Estudio del Fenómeno Onvi de la República Argentina (CEFORA), que promulga la desclasificación de expedientes ovni en el país.
Cultivador de un perfil bajo, Carlos Iurchuk, está considerado uno de los mejores investigadores argentinos, y con alta proyección a nivel internacional.
Desde La Plata comanda El Dragón Invisible, sitio legendario en la red, y web pionera en el medio local, para todos aquellos que recién se inician en el estudio del fenómeno ufo, atesorando en su catálogo algunos de los mejores casos en la materia.
Con semejantes antecedentes, Crónica Subterránea decidió invitar a Carlos Iurchuk a un mano a mano imperdible, como sólo este blog sabe hacerlo.
Atienda el lector!
Te iniciaste en la ufología desde muy joven, siendo casi un adolescente, lo cual me lleva a preguntar que disparó una vinculación tan temprana
En realidad no hubo un hecho puntual que hiciese de disparador. El tema siempre me interesó de chico, principalmente a partir de la lectura de libros, o de ver series o películas. En general me interesaban todos los fenómenos llamativos, no explicados, etc. Con el tiempo sólo me fui focalizando en el llamado Fenómeno OVNI.
Desde 1985 hasta 1988 fuiste miembro de la Fundación Argentina de Ovnilogía (FAO), una de las entidades más respetadas en el país. Contame como fueron aquellos años.
Tuve la suerte iniciarme en el tema OVNI dentro de un grupo. Eso me permitió desde el inicio estar en contacto permanente con investigadores del tema, conocer diversas posturas ante el fenómeno, acompañar en las investigaciones de campo, participar de congresos, etc. El formarte dentro de un grupo te facilita muchas cosas y el intercambio constante de opiniones te abre mucho la mente. Sin duda, el pertenecer a la FAO durante tantos años fue ampliamente positivo para mí.
Luego de tu paso por otras agrupaciones, das comienzo al sitio “El Dragón Invisible”, caracterizado por reunir en sus páginas, uno de los mejores catálogos digitales sobre ovnis que se pueden encontrar en Internet, verdadero compendio de casos clásicos, siendo lectura obligatoria para todos los estudiosos del tema. ¿Cómo nace el proyecto?
En el año 1998, luego de dejar la FAO, empiezo la etapa de seguir detrás del tema en forma independiente. El primer paso fue publicar mi propia página. Yo creo que es muy importante que todos aquellos que estamos de alguna forma relacionados con el tema tengamos un medio para difundir nuestros trabajos, nuestras experiencias, etc. Y una web es una de las formas más simple, económicas y además con el potencial de llegar a personas de todo el mundo. Y lo que es más importante, es un canal de doble vía. No sólo podes difundir, sino que además la gente puede ponerse en contacto con vos. Se crea una retroalimentación que es muy positiva para todos.
A diferencia de otros investigadores dedicados a la trastienda ovni, se te considera un estudioso de perfil bajo, que sin embargo viene desarrollando una larga trayectoria en el medio, característica distintiva, la cual asumo, te permite tener una lectura menos complaciente en cuanto a la verdadera naturaleza que se escuda tras el fenómeno, desprendiéndose de tus análisis, una mirada menos apresurada al tratar de de buscarle interpretación a las observaciones denunciadas ¿Coincidís?
Coincido. Por mi naturaleza, tengo un perfil bajo, hablo poco y escucho mucho. Siempre estoy aprendiendo de los otros investigadores, de los testigos, y aunque suene blasfemo para más de uno, también aprendo de los llamados escépticos y de los llamados contactados. De todos se pueden aprender cosas. Sin olvidar que nuestra principal fuente de aprendizaje debería ser el mismo “Fenómeno OVNI”.
Por otra parte, también trato de evitar las discusiones estériles que nada aportan a la investigación del tema OVNI. Trato de focalizarme en lo que me interesa, que es el tema OVNI.
La Argentina parece ser un país elegido en materia ovni, el cual se ve incrementando por la geografía que lo rodea, además de su posición estratégica dentro del cono sur. Teniendo en cuenta estos datos, ¿el comportamiento ovni dentro del territorio nacional, se desarrolla a semejanza de otros países, o podemos hablar de un patrón local, que adopta sus propias leyes internas?
Es interesante tu planteamiento si el entorno geográfico condiciona al fenómeno OVNI y si esto provoca diferentes comportamientos en diferentes países o regiones. Daría pie a un largo análisis y debate. Uno de los elementos fundamentales para tener una respuesta es tener una estadística depurada, no sólo de Argentina sino de otros países de la región y realizar un trabajo comparativo con los investigadores de esos países. Si se realizara un trabajo así, se podría obtener algunas pautas si existe una relación entre la geografía y comportamiento del fenómeno OVNI. Hasta que esto ocurra, sólo podemos suponer. El hecho de que Sudamérica esté rodeada por dos océanos, atravesada por la Cordillera de los Andes, con un entramado fluvial muy importante, donde se destaca el Amazonas, y con grandes regiones pocos pobladas, como la Patagonia y la selva amazónica, harían de esta región un lugar ideal para que el Fenómeno actúe con relativa facilidad y con un comportamiento similar en los países del Cono Sur. Pero, reitero, sin un trabajo metódico y coordinado sólo podemos suponer.
Al repasar la historia de la ufología nacional, se advierte en sus primeros años una dependencia muy marcada de los Estados Unidos como fuente primaria, factor inevitable teniendo en cuenta la preponderancia mediática y global de los norteamericanos en la materia. Pero la visión anglosajona no solo es patrimonio de la Argentina, sino que se extiende al resto de la Latinoamérica, lo cual a mi entender perjudica alcanzar una mejor comprensión acerca del comportamiento ufo, generalmente salpicado por un discurso lineal, y no siempre objetivo con la fenomenología manifestada en el resto del continente.
El problema no es la influencia anglosajona, o norteamericana para ser más específico. El problema es la casi nula influencia local en los llamados investigadores del tema. Es decir, todo el mundo conoce el caso Roswell, o los casos de abducciones en Norteamérica. Y esta bien que conozcan esas cosas porque forman parte del llamado Fenómeno OVNI. Pero el problema es que esa misma gente conoce muy poco de lo que ocurre en nuestra región, de los casos que hubieron, no se conoce los trabajos de los investigadores que nos precedieron, de sus teorías, sus libros, los análisis de los casos que investigaron, etc. Entre otras cosas, esto lleva a que se pierda la continuidad de un trabajo, una investigación o el desarrollo de una teoría. Cuando un investigador muere o un grupo desaparece, todo el trabajo que se hizo generalmente se pierde. Y lo que es peor, a muchos no les interesa que esto ocurra.
Dentro del ambiente ufológico se te reconoce como un investigador centrado en la causística militar, dato, que seguramente no pasó desapercibido al crearse la reciente Comisión de Investigación de Fenómenos Aeroespaciales (CIFA) entidad en la cual fuiste invitado a participar. La mayoría de los estudiosos reniegan en cuanto a tratar de profundizar un ámbito considerado por muchos como difícil, teniendo en cuenta el secretismo reinante; sin embargo, tu elección demuestra que si hay seriedad y perseverancia, los militares comparten información sobre su experiencia con el fenómeno.
En realidad, el hecho que estuviese desde hace algunos años siguiendo casos de encuentros de militares con OVNIs no tiene nada que ver con mi posterior convocatoria a integrar la Comisión. Fue pura casualidad. La persona que me convocó y me presentó fue Carlos Ferguson, persona a la que respeto mucho como investigador del tema, además de unirme una larga amistad. De todas formas, y coincidiendo con lo que decís, el hecho de haber estado en contacto en estos años con integrantes de las Fuerzas Armadas que han tenido experiencia con el tema, me sirvió para aclarar muchas cosas y tener una visión menos “conspiranoica” de los militares argentinos y el tema OVNI.
Sos uno de los impulsores de la Comisión de Estudio del Fenómeno Onvi de la República Argentina (CEFORA), iniciada en el 2009. Aunque se registran avances en la meta trazada en cuanto a desclasificación de archivos militares sobre el tema ovni, Argentina, niega por ahora la posibilidad de dar luz verde a esta propuesta, que en otros países latinoamericanos es ya una realidad, caso Brasil. ¿Podemos esperar a través del CEFORA, romper con un cerco que por ahora parece inamovible, o es que la injerencia de Estados Unidos que tampoco se interesa por abrir sus archivos al público, influye en nuestros militares?
Confío plenamente que en forma paulatina se irán desclasificando archivos. El hecho que se haya creado esta Comisión de Fuerza Aérea indirectamente es algo que va a ayudar a lograr esta desclasificación. En cuanto a CEFORA, más allá que logre su objetivo, creo que ya contribuyó a instaurar institucionalmente el tema de la desclasificación en Argentina. Y ese sólo hecho es un paso muy importante para la ufología de nuestro país.
En los últimos años con el nacimiento de Internet, así como el desarrollo digital en cámaras fotográficas y celulares, provocó una avalancha de material ovni el cual parece incidir en un renacimiento del tema a nivel mundial. La Argentina no está ajena a este proceso, siendo una de las protagonistas principales en la escena ufo, por la cantidad de casos registrados, que en los últimos tiempos aumentaron notablemente. A su vez en el país se originó un nuevo fenómeno de características inéditas y casi local, denominado “ufo de características variables”, que de desde su irrupción en los medios provoca grandes debates entre los investigadores. La pregunta sería, ¿qué opinión te merece la “cuestión ufo en la era digital”, y cuanta atención merece prestarse a la naciente fenomenología de tipo variable, así como los llamados ovnis fantasmas?
Me parece muy bien que haya gente que se dedique seguir ese aspecto del fenómeno. Después se discutirá si lo que se filma y fotografía forma parte del fenómeno OVNI o son confusiones. El tema es otro: Es muy fácil caer en la tentación de filmar o sacar fotos, y limitarse sólo a eso. Eso hace que tengamos una visión muy acotada del llamado Fenómeno OVNI. Podemos perder profundidad para analizar el Fenómeno en toda su magnitud.
Supongo que luego de muchos años de profundizar en el tema, tenés alguna hipótesis elaborada sobre el fenómeno ufo, definido por muchos como un callejón sin salida, y que en proceso llevó a muchos investigadores a bordear la locura.
El OVNI no viene de fuera del planeta. Está en la Tierra, compartiendo este planeta con nosotros desde hace mucho tiempo. Pero no tengo una solo prueba para demostrar esto. Sólo es un pensamiento para acomodar un poco en el cerebro mis ideas.
De todos los casos investigados, ¿cuál es aquel que en tu memoria permanece inalterable y que podría sindicarse a prueba de escépticos?
Seguramente el famoso caso Bariloche, o caso Polanco como también se lo conoce, es uno de esos casos más importante de Argentina, por la cantidad de testigos, ubicados en distintos puntos de observación, los efectos físicos, la completa investigación realizada por Juan Pablo Gómez y Oscar Uriondo, etc. Sin mencionar que los principales testigos eran pilotos.
Por supuesto que igual siempre hay explicaciones alternativas para un caso, y este no es la excepción. Siempre es positivo ver todas esas explicaciones. Luego se verá cuál de todas tiene mayor sustento. En mi opinión personal, en el caso Bariloche la teoría del OVNI es la que tiene mayor sustento (y por supuesto que cuando hablo de OVNI no significa necesariamente nave extraterrestre).
Pregunta final obligada. ¿Qué le recomendaría Carlos Iurchuk a las nuevas generaciones que se inician en el estudio ufo?
En la ufología hace falta gente que aborde el tema seriamente, con mente amplia, con voluntad de aprender, de formarse, de trabajar en equipo (más allá de las diferencias de opinión o personales que podamos tener), con voluntad para hacer un trabajo metódico. Personas que tengan estas características siempre serán bienvenidas.
Para el que recién comienza, lo mejor es ponerse en contacto con diferentes investigadores y si se pueden integrar a un grupo de trabajo sería aún mejor.
No olvidar que en este tema por ahora nadie tiene LA verdad. De todos siempre se puede aprender algo.

CARLOS IURCHUK
INFINITAS GRACIAS!!!

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