viernes, 16 de abril de 2010
INTRODUCCION A LA MASONERIA Y CUALES SON LAS FINALIDADES.
INTRODUCCION A LA MASONERIA Y CUALES SON LAS FINALIDADES.
A pesar de que la masonería es una institución de respetable antigüedad y que de ella se han ocupado ampliamente historiadores, filósofos y escritores, existe en la actualidad una desorientación y desconocimiento casi completos de lo que realmente es esta organización que tiene sucursales casi en todo el mundo, de cuáles son sus finalidades y qué medio utiliza para lograrlas.
La mayoría de quienes han escuchado en alguna ocasión referencias vagas acerca de la Institución Masónica, en ellas se le representa como una especie de mafia tenebrosa que se dedica a incorporar en sus filas a los oportunistas, a los cismáticos, a los hombres sin credo ni religión, a los politicastros sin escrúpulos y a los incautos para sus conspiraciones secretas.
Se supone que el objetivo principal de la actividad masónica consiste en atacar a la religión, y el secundario es conseguir puestos lucrativos en el gobierno, la industria, el comercio o donde quiera que sus adeptos puedan introducirse con sus maniobras encubiertas. Se habla de que la intimidación y el terror son las armas con las que son manejados eficazmente los juramentos de estas sociedades secretas, y aún brotan aquí y allá, a veces se habla de que hacen espeluznantes “venganzas masónicas”.
Muy distinta es la idea que se forman de la Masonería quienes han tenido trato con algunos miembros de esta institución. En muchos casos han querido descubrir que se trata de gente inofensiva, incapaz de “matar a una mosca”, idealistas y hasta ingenuos, que se reúnen en sus logias semana a semana, como otros lo hacen en el café o en la cantina: para darle su “arreglada al mundo”. Como no se ve que para estas personas cambie en forma alguna su situación económica, a veces precaria, ni que realicen jamás sus proyectos loables que dejan traslucir en pláticas, se deduce que la masonería es un club en que se vuelcan en saludables “catarsis”, la frustración e impotencia de los ideales fallidos y las metas inalcanzadas y se busca en la discusión libre de varios temas un desahogo a las inquietudes y cierto solaz en el intercambio de conceptos filosóficos.
Para quienes han asistido a ceremonias masónicas, o han leído artículos ilustrados de los fastuosos actos que se llevan a cabo, los masones quedan catalogados como una gente ociosa que vive en un mundo artificial de fantasía y teatralidad, reminiscente de la pompa y circunstancia de las ordenes de caballería y la nobleza medieval, sin más finalidad que la de conferirse mutuamente ridículos y altisonantes títulos que halagan su vanidad y darle variedad a la incolora mediocridad de la vida real.
Finalmente, hay quienes ven en la masonería poco más que un club social, como los Rotarios o los Leones, aunque con cierto sabor arcaico de misticismo, que únicamente sirve para darle marco y ambiente a las actividades altruistas finalidades de ayuda mutua y solidaridad fraterna que se supone deben existir entre sus miembros.
Como puede verse, la imagen que se forma una mente que trata de juzgar a institución viéndola desde afuera, no puede nunca ser exacta. En verdad, debemos de admitir que aún para muchos de los masones que forman parte de la institución, el concepto aún no es muy claro, y ello se debe precisamente a que han transportado al campo masónico sus aspiraciones particulares, y han convertido sus logias en un reflejo de lo que esperaban encontrar en la Masonería.
Al solicitar la admisión en la Orden un candidato se le pregunta si lo hace de su libre y espontánea voluntad; pero ¿Cómo puede haber libre y espontánea voluntad de hacer algo, si se ignora lo que ello es? ¿Cómo puede jurarse el cumplimiento de una constitución y reglamentos si se desconocen completamente? ¿Qué se puede pensar de un hombre que va a comprometer su palabra de honor y su buen nombre sin haberse preocupado por investigar más a fondo las consecuencias de tal acto?
La verdad es que escasean, lamentablemente, las fuentes fidedignas de información sobre lo que es y lo que no es la Masonería, y esta deficiencia no siempre se puede subsanar por medio de la interrogación directa, pues lo más probable es que reciban contestaciones contradictorias y vagas por el temor de los masones de hablar más de la cuenta, violando las normas de discreción que recomienda la Orden. Tampoco se sale de apuros leyendo obras de consulta filosófica masónica, o aún los rituales (si se consiguen), pues en toda la literatura que se publica se supone que el lector es masón y por lo tanto, omite todo aquello que le ha de ser bien conocido, pero que es precisamente lo que mas interesaría al que tiene deseos de investigar la conveniencia de iniciarse en la Masonería.
Para intentar llenar este hueco se escribió la siguiente publicación, que no trata, ni con mucho, de ser un libro de consulta masónica.
Quedará aún mucho por decir, y algunas cosas tratarán de leerse entre líneas; pero existe la convicción leal de que no son las más importantes las que falten y que la información condensada en esta publicación será más que suficiente para el fin que se persigue, que es el de orientar debidamente a quienes desean conocer realmente lo que es esta institución mundial.
Los años no siempre dan sabiduría.
La lucha siempre deja una experiencia.
¿CUÁLES SON LAS FINALIDADES DE LA MASONERÍA?
Cuando por primera vez oímos decir a una persona “fulano es masón” la pregunta que surge inmediatamente en nosotros es: ¿Qué cosa significa ser un masón? ¿Es una religión, o una secta, o un club filosófico, o un partido político, o qué?
Daremos contestación a las siguientes preguntas ...
Masón significa constructor, o sea el que fabrica a cal y canto un edificio, pero aunque antiguamente éste título se le aplicaba a los miembros de las asociaciones de constructores que dieron a Europa sus mejores edificios de la edad media y el renacimiento, actualmente lo hemos de entender en su acepción figurada, diciendo que el masón es el constructor del templo simbólico de la ciencia y de la virtud. Que construye su propia personalidad.
En otras palabras un masón es un individuo que trabaja en perfeccionarse y en evolucionar, tanto en sus conocimientos como en su comportamiento moral, y para ello sigue los caminos que le indica la antigua asociación que se nombra Masonería.
Correlativamente la institución Francmasónica tiene como finalidad principal la de construirse en guía de quienes buscan y anhelan éste perfeccionamiento, para lo cual se va desgranando una a una sus sabias enseñanzas, en dosis graduadas y de acuerdo con el adelanto de cada uno de sus miembros a través del estudio razonado y crítico de la filosofía moral, se obtiene un mejor conocimiento de las virtudes y del modo de platicarlas.
Pero entonces ¿Cabe decir que la Masonería es una escuela? Desde luego que no, si entendemos por escuela un lugar donde se imparten clases sobre materias específicas, basándose en libros de texto, y se capacita a los alumnos para realizar un trabajo que les permita ganarse un sustento. La Masonería es algo más que eso, en primer lugar, su filosofía educativa es totalmente distinta a la de cualquier escuela, pues en vez de exigir el aprendizaje de tales o cuales postulados y principios, estimula la exposición libre, la discusión ilustrada y el desarrollo y la imaginación y del pensamiento original como medios para conseguir que cada quien llegue por su estudio independiente y meditación profunda, a sus propias conclusiones lógicas y a la afirmación de sus convicciones, por tanto, usa ampliamente el signo y la alegoría; pero no ofrece de ellos ninguna explicación fija o dogmática, sino que deja en libertad al iniciado para que ejercite sus propias facultades deductivas e inductivas para descifrarlos y aprender por sí mismo las provechosas lecciones que encierran.
¿y que utilidad se tiene de esto?
La historia nos enseña que de la Masonería han salido en todos los tiempos, hombres de gran visión, acrisolado altruismo e inagotable energía, que han dado a la humanidad sus más grandes impulsos de progreso. Para descubrir éstos nuevos caminos necesitaron nutrirse de la duda filosófica y no de la certeza dogmática, precisaron examinar lo que no es típico en vez de conformarse con lo usual y corriente. Tuvieron que desechar los cartabones, los textos consagrados y los manuales establecidos, decidiéndose a recorrer las sendas supuestamente prohibidas para el pensamiento y el descubrimiento de las nuevas soluciones a los problemas irresueltos. Para esto, dispusieron de una maravillosa facultad: la imaginación creadora.
Quizá la Masonería ha sido a través de los tiempos, la única institución que se ha percatado de la importantísima función que tiene la imaginación creadora en la evolución de la humanidad y ha descubierto y aplicado un método sencillo y eficaz para desarrollarlo. Por eso ha sido y seguirá siendo el semillero de nuevas ideas, el portaestandarte de las vanguardias y la escuela en la que se modelan los hombres marginales que viven y piensan entre el hoy el mañana ... Los constructores de la humanidad.
Pero no solamente a ésto se limita la Masonería; no se conforma con ver que cada miembro se cultive y se perfeccione a sí mismo, sino que trata de desarrollar en todos y en cada uno de ellos el firme sentimiento de fraternidad y abnegación, encausando cuidadosamente todos sus esfuerzos hacia los nobles fines de justicia social, equidad, libertad, auténtica libertad, democracia, progreso material y espiritual de toda la humanidad.
Dejaría la Masonería de ser universal en todas sus finalidades si se mostrara partidista en algún "ismo" o enemiga de alguna religión. En sus seno se admiten a hombres de todas las religiones y se respetan las creencias de cada uno y su forma personal de rendir culto a Dios. Por lo mismo están proscritas las discusiones sobre los méritos relativos de tal o cual culto, como no está para reconocer que todos ellos representan modalidades del sentimiento de veneración del hombre hacia esa entidad suprema a quien cada persona llama con distinto nombre. La Masonería resume a todas esas denominaciones a un común denominador que se le llama Gran Arquitecto del Universo, sin establecer ningún culto especial para adorarle pues considera que todos son buenos cuando nacen de los anhelos puros del hombre.
En concomitancia con éstos principios de libertad de conciencia de culto la Masonería no puede permanecer al margen de cualquier violación de éstos postulados, como cuando los ministros de alguna religión (Sea ésta católica, mahometana, budista, etc.) detentan los poderes públicos y la soberanía de los pueblos. Cuando las religiones convertidas por los hombres en tiranías esclavizadoras de las conciencias y prostituídas por la ambición del poder temporal pretenden sojuzgar a los hombres, la Masonería se yergue como campeona de la legítima libertad de creer o no creer, atendiendo únicamente a los dictados de la íntima conciencia y de la razón. De allí que, aunque algunas veces y en algunos países la Masonería haya adoptado posturas anti-clericales, no por ello es irreligiosa.
En resumen la Masonería no es una religión ni disputa los principios de ninguna religión sino por lo contrario, las respeta a todas.
La Masonería es más que un club filosófico o una escuela de moral. Es una libre asociación de hombres de todas las condiciones económicas y de todos los grados de cultura, a quienes los une el deseo de alcanzar un desarrollo y una evolución más altos en su personalidad interna, un dominio más perfecto de sí mismo, una afirmación de sus convicciones, una agudización más sutil de sus facultades intelectuales y un acendrado espíritu de abnegado servicio a sus semejantes.
dentro de la Masonería éstos hombres encuentran un ambiente de libertad, de respeto mutuo, orden, seriedad, estudio y fraternidad.
La Masonería contiene una filosofía educativa propia, basada en el estudio imaginativo y profundo de símbolos y alegorías, que persiguen como finalidad el desarrollo del conocimiento particular, original, lógico y constructivo, con el resultado de que cada masón palpa pronto los frutos de éste perfeccionamiento personal al notar que se ensancha extraordinariamente su manera de ver la vida, se despiertan aptitudes dormidas, surgen perspectivas de mejoramiento y entran plenamente en el camino que nos transforma en guías y benefactores de la sociedad.
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