LIBRO | El lunes sale a la venta 'Los últimos días de los incas'
Crónica del fin de un imperio
Ejecución del emperador Atahualpa en 1533, vista por el artista nativo del s.XVI Poma de Ayala.
- El antropólogo Kim MacQuarrie novela el fin de la próspera civilización inca
- 'Los últimos días de los incas' ha sido publicado por La Esfera de los Libros
La caída del imperio de los incas tras la conquista de los colonizadores españoles en el s. XVI sigue siendo un capítulo lleno de interrogantes para los historiadores. Los libros los escriben los vencedores así que como en tantas otras ocasiones, el relato que nos ha llegado es, en el mejor de los casos, sesgado. Lo comprobó el antropólogo y explorador Kim MacQuarrie durante el periodo en que convivió con una tribu peruana del Amazonas recientemente descubierta.
Tras investigar la conquista de este próspero imperio, que se extendió a lo largo del territorio que hoy ocupa Perú, MacQuarrie decidió escribir un relato novelado sobre este sangriento episodio histórico y sobre las luchas por el poder entre los propios indígenas. 'Los últimos días de los incas', publicado por La Esfera de los Libros, saldrá a la venta el lunes 21 de febrero.
Y es que la muerte en 1528 del emperador inca, Huayna Cápac, que contrajo la viruela que los europeos habían introducido en América, desató una devastadora guerra civil en la que se enfrentaron dos de sus hijos. Atahualpa no dudó en asesinar a su hermano Huáscar para convertirse en emperador. En los años siguientes, miles de indígenas murieron a manos de los conquistadores liderados por Francisco Pizarro, al que se unió más tarde Diego de Almagro.
"Los miembros de esta tribu me contaron historias sobre los contactos que habían tenido sus antepasados con los incas hace 500 años. Sin embargo, no sabían por qué había desaparecido su civilización", explica el autor a ELMUNDO.es. Solían intercambiar bienes -como monos, loros y carne de tapir (un mamífero del tamaño de un jabalí)- a cambio de ropa y herramientas de metal de los incas. "Más tarde, recorrí el camino hacia la antigua ciudad de Vilcabamba, en la que el joven emperador Manco Inca dirigió una guerra de guerrillas contra los españoles. A medida que iba averiguando más datos sobre esta rebelión, más me fascinaba la historia. Los incas casi lograron dar la vuelta a la conquista. Estuvieron muy, muy cerca [de vencer a los españoles]", asegura.
Animado por el éxito de Hernán Cortes que, en 1521, se hizo con el control del imperio azteca en México -la otra gran civilización americana de la época-, Francisco Pizarro se lanzó a la conquista de los incas.
En el libro, aparece retratado como un líder militar analfabeto, estratega, diplomático, ambicioso empresario, terrorista y, tras la captura del emperador inca, Atahualpa, como raptor. "Pizarro era también un cristiano de gran devoción. A sus 54 años, creía firmemente en la Divina Providencia...La propia captura de Atahualpa [después del primer enfrentamiento con los incas] y el hecho de que hubieran muerto tantos incas a manos de tan pocos españoles era prueba de ello. Después de todo, el emperador indígena y sus súbditos eran 'infieles' cuya alma estaba destinada a arder en el infierno si no se convertían. A pesar del derramamiento de sangre, Pizarro estaba convencido de que, al final, él y sus conquistadores conducirían a la gran masa de infieles hacia el sagrado redil del Señor, aunque fuera con las espadas ensangrentadas".
En el libro se relatan las estrategias que pusieron en marcha ambas partes. A la hora de negociar con Atahualpa, "Pizarro jugó con la baza de que éste ignoraba las sangrientas atrocidades cometidas por los españoles en el Caribe, en México o en Centroamérica, y que tampoco había oído hablar de Colón, de la trata de esclavos, ni del asesinato de Moctezuma, el emperador azteca".
Según MacQuarrie, la parte de la conquista menos conocida es "la enorme rebelión que ocurrió tres años después de que Pizarro capturara a Atahualpa, un movimiento que continuó durante los 37 años que siguieron a la conquista y que casi logró expulsar a los conquistadores. Los incas, que previamente habían dejado las armas, desarrollaron y pusieron en práctica una guerra de guerrillas muy sofisticada, la primera que conocemos en América Latina a gran escala. Ellos la inventaron", explica el autor, que en la actualidad se encuentra en Bolivia siguiendo los pasos del Che Guevara, el protagonista de su próximo libro.
Desde el punto de vista armamentístico, los incas eran muy inferiores. Sus armas no tenían comparación con las de los españoles, que disponían además de caballos y de la experiencia acumulada durante 30 años sometiendo a pueblos indígenas. La plaga de lo que seguramente fue viruela europea se convirtió en otra arma poderosa en el arsenal de los conquistadores.
Y es que, al igual que los romanos, el talento de los incas estaba en su magistral capacidad de organización. Una etnia que nunca llegó a superar las cien mil armas logró regular la actividad de diez millones de personas que hablaban 700 lenguas distintas y estaban repartidas en una extensión de 4.000 kilómetros en uno de los territorios más accidentados del planeta.
Durante su investigación, lo que más impresionó a MacQuarrie fue la manera en la que la civilización inca sintetizó miles de años de evolución cultural: "Los incas, como los romanos, tomaban lo mejor de las culturas que conquistaban y sintetizaban sus conocimientos para crear finalmente el imperio nativo más grande que había existido en América. Así, aprendieron de los pueblos conquistados la artesanía para pulir piedras, la construcción de carreteras, la formación de ejércitos, la planificación de las ciudades o la recaudación de impuestos. Eran muy, muy sofisticados y maestros en los Andes, una de las zonas geográficamente más escarpadas de la Tierra. ¿Quién sabe de qué manera habría evolucionado si los europeos no hubieran llegado?".
Portada. | Ed. La Esfera de los libros.
Y es que la muerte en 1528 del emperador inca, Huayna Cápac, que contrajo la viruela que los europeos habían introducido en América, desató una devastadora guerra civil en la que se enfrentaron dos de sus hijos. Atahualpa no dudó en asesinar a su hermano Huáscar para convertirse en emperador. En los años siguientes, miles de indígenas murieron a manos de los conquistadores liderados por Francisco Pizarro, al que se unió más tarde Diego de Almagro.
Inventores de la guerra de guerrillas
'Los incas casi lograron dar la vuelta a la conquista. Estuvieron muy, muy cerca [de vencer a los españoles]
Pizarro aparece retratado como un líder militar analfabeto, estratega, diplomático, empresario, terrorista y profundamente religioso
En el libro, aparece retratado como un líder militar analfabeto, estratega, diplomático, ambicioso empresario, terrorista y, tras la captura del emperador inca, Atahualpa, como raptor. "Pizarro era también un cristiano de gran devoción. A sus 54 años, creía firmemente en la Divina Providencia...La propia captura de Atahualpa [después del primer enfrentamiento con los incas] y el hecho de que hubieran muerto tantos incas a manos de tan pocos españoles era prueba de ello. Después de todo, el emperador indígena y sus súbditos eran 'infieles' cuya alma estaba destinada a arder en el infierno si no se convertían. A pesar del derramamiento de sangre, Pizarro estaba convencido de que, al final, él y sus conquistadores conducirían a la gran masa de infieles hacia el sagrado redil del Señor, aunque fuera con las espadas ensangrentadas".
Soldados nativos contra españoles.
Según MacQuarrie, la parte de la conquista menos conocida es "la enorme rebelión que ocurrió tres años después de que Pizarro capturara a Atahualpa, un movimiento que continuó durante los 37 años que siguieron a la conquista y que casi logró expulsar a los conquistadores. Los incas, que previamente habían dejado las armas, desarrollaron y pusieron en práctica una guerra de guerrillas muy sofisticada, la primera que conocemos en América Latina a gran escala. Ellos la inventaron", explica el autor, que en la actualidad se encuentra en Bolivia siguiendo los pasos del Che Guevara, el protagonista de su próximo libro.
La búsqueda de un retiro cómodo
Según se narra en el libro, "en cierto sentido, la conquista del Nuevo Mundo fue la historia de un grupo de hombres que intentaron zafarse de uno de los principios básicos en la vida de cualquier ser humano, la necesidad de trabajar para vivir. Al ir a Perú, o a cualquier parte de las Américas, los españoles no buscaban tierras fértiles para cultivar, sino dejar de tener que realizar trabajo físico. Para ello, debían encontrar comunidades lo suficientemente grandes a las que obligar a ejercer las laboriosas tareas para proveerse de todo lo esencial para vivir: alimentos, refugio, ropa y, a poder ser, riqueza efectiva. En aquel momento la conquista tenía poco que ver con la aventura, y era un asunto de gente que haría cualquier cosa por evitar trabajar para vivir. Si se reduce a lo esencial, podría decirse que la conquista de Perú fue la búsqueda de un retiro cómodo".Desde el punto de vista armamentístico, los incas eran muy inferiores. Sus armas no tenían comparación con las de los españoles, que disponían además de caballos y de la experiencia acumulada durante 30 años sometiendo a pueblos indígenas. La plaga de lo que seguramente fue viruela europea se convirtió en otra arma poderosa en el arsenal de los conquistadores.
Magistral capacidad de organización
El final del emperador inca Tupac Amaru, trasladado fuera de Vilcabamba.
Durante su investigación, lo que más impresionó a MacQuarrie fue la manera en la que la civilización inca sintetizó miles de años de evolución cultural: "Los incas, como los romanos, tomaban lo mejor de las culturas que conquistaban y sintetizaban sus conocimientos para crear finalmente el imperio nativo más grande que había existido en América. Así, aprendieron de los pueblos conquistados la artesanía para pulir piedras, la construcción de carreteras, la formación de ejércitos, la planificación de las ciudades o la recaudación de impuestos. Eran muy, muy sofisticados y maestros en los Andes, una de las zonas geográficamente más escarpadas de la Tierra. ¿Quién sabe de qué manera habría evolucionado si los europeos no hubieran llegado?".
¡¡¡PAGAR POR SER MASÓN!!!
HÉCTOR PÉREZ VERA
Resp.·. Log.·. Luz del Caribe Nº 44, Or.·. Colombia
Con frecuencia oímos decir de algún Q.·. H.·. que no concurre a las Tten.·.: "El no viene porque es un Hermano muy importante en el mundo profano, pero tiene un gran espíritu masónico y como tiene muchas ocupaciones esto le impide asistir a los Ttrab.·. De la Logia."
Nunca compartiremos esa manera de encarar el problema, porque hemos creído que es una benevolencia equivocada que hace mal a la Orden y a los Hermanos... Es muy fácil decir: " yo pertenezco a la Masonería"; y, sin embargo, desentenderse de todo lo que a ella concierne.
Me pregunto: ¿Qué pasaría si todos hiciéramos lo mismo...? Si a la hora de las TTen.·. Estuviéramos todos en nuestras casas viendo Televisión, Haciendo un trabajo doméstico, o simplemente durmiendo...
A estos HH.·. "muy buenos" se debe que muchas logias estén anémicas, que apenas alcancen cubrir los principales cargos; inclusive a veces toca que hacerlo con Aprendices. Estos conllevan a que a veces se conforman trabajos insustanciosos que arrastran poco a poco a una vida masónica penosa y lamentable.
No, mis QQ.·. HH.·. PARA SER MASÓN AUTENTICO NO BASTA CON FIGURAR EN EL CUADRO LOGIAL, SINO QUE ES NECESARIO QUEMARSE DIARIAMENTE EN LA LLAMA DE LA ACCION Y DE LA VERDADERA MILITANCIA.
Esos HH.·. "muy Buenos" destruyen la base de la institución, puesto que todos sabemos que la grandeza de la Masonería radica en su base, en sus obreros, en todos nosotros... Así con esa calidad de HH.·. "muy Buenos" nuestra Orden no progresa, No avanza, no se fortifica, así no cumple con su misión y su deber.
Cuando el Ven.·. Maestro Dice: "Silencio y en Logia QQ.·. HH.·." se crea un cuerpo mental colectivo que nos envuelve a todos. Es entonces, cuando la Cadena de la Unión, esa cadena que circunda nuestros cuerpos, baja hasta nosotros, palpita, se humaniza, nos libera y nos une. Nos libera de nosotros mismos y nos une en un plano superior de bondad, de tolerancia, de afán de superación; es decir, nos une a nivel Masónico... Y esa emoción no la puedo sentir yo, ni nadie, si estoy en mi casa leyendo, durmiendo o viendo la televisión... Para sentir esa emoción, es indispensable concurrir a la Logia...!
Pero hay más en relación con estos HH.·.: Ellos como masones, aspiran a gravitar en el mundo profano, o influir en la opinión pública; y al respecto nos preguntamos: Como podrán hacerlo, si cómo opinar en su taller o la Orden sobre determinados problemas? Si no se forjan conjuntamente con nosotros en la fragua masónica y no están aprendiendo a manejar las Herramientas de nuestra vida superior, Como van a influir y sobre quiénes van a influir?...
Todo lo que aumente la libertad del hombre, también aumenta la responsabilidad. La Masonería, para aquel que la entiende aumenta la libertad interior, ayuda a pensar – suprema tarea – y, uno de los primeros deberes que son inherentes a esa cuota de responsabilidad es el de asistir a las reuniones de la Logia, porque cabe preguntar: ¿donde está la vida masónica, el mundo masónico que hemos escogido libremente, la esencia de sus enseñanzas...?
¿Estarán en la oficina, en el gremio profano al cual pertenecemos, o en la calle...?
No,.. No, HH.·., esa vida, ese mundo y esas enseñanzas están en las logias y solamente en las logias. Se resume todo lo dicho en lo siguiente:
Ø LA FINALIDAD MÁS ALTA DE LA MASONERÍA. EL IDEAL MÁS PURO Y EL PROPÓSITO MÁS NOBLE, Y A LA VEZ, LA TAREA MÁS DIFÍCIL, LA SUPERACIÓN DEL HOMBRE, ESO,... ESO, MIS QQ.·. HH.·. NO SE OBTENDRÁ NUNCA CON "MASONES QUE NO ASISTEN A LA LOGIA, O SEA AQUELLOS QUE PAGAN POR SER MASONES".
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