viernes, 20 de noviembre de 2015

Las Columnas del Templo


Las Columnas del Templo

Enzo Barra, A.·. M.·.
R.·. L.·. Lautaro Nº 197, Or.·. de Caracas

Las Columnas de nuestros templos tienen sus raíces en las del Templo del Rey Salomón y la tradición Templaría, en cuyos templos también se erigían pares de columnas marcadas con las letras J y B.

Cuando los hebreos volvieron a la tierra prometida, el rey David comenzó a construir el Templo de Jerusalem. Tras la muerte de David, su hijo el rey Salomón, prosiguió la construcción y contó con la ayuda de un amigo de su padre, el rey Hiram de Tiro, Fenicia. Hiram, le envió a Salomón un maestro masón, hijo de una mujer de la tribu Neftalí, Hiram Abiff. La Biblia dice: “Hiram Abiff fundió dos columnas de bronce. Erigió primero la columna de la derecha y le dio el nombre de Jaquín (Jakin o Jakhin), y luego la columna de la izquierda y le dio el nombre Boaz. Como remate de las columnas había una especie de lirio. Las columnas también fueron decoradas con cadenas y dos hileras de 200 granadas.

Estas columnas deben haber sido objetos de sacramentos sagrados en relación con los nombres que se usaban para denominarlas. En el caso de las columnas, el nombre Jaquín está formado por “Jah” que es una forma abreviada de Jehová o Yahvé y “aichin” que significa “establece”, por lo que el significado de Jaquín sería “Él establece” o “Será establecido”, dando la idea de firmeza. Por otra parte, Boaz está formado por “Bo” que significa “en Él” y “Az”, “fortaleza”, o sea “en Él está la fuerza”.

Otra teoría, dice que cada una de estas palabras es la primera de una inscripción que entera decía: “Que el Señor establezca (Jaquín) el trono de David y su reino para siempre y entonces en la fortaleza (Boaz) del Señor se regocijará el rey”. Esta teoría, aunque es lógica e interesante y quizá haya sido el espíritu de las palabras, no es la impresión que dan los textos bíblicos que simplemente citan los nombres de las columnas como si hubieran sido nombres personales.

Lo cual da lugar a otra teoría que dice que realmente eran nombres de personas. Jaquín era el nombre del asistente del Sumo Sacerdote que oficiaba en la dedicación del templo y se asocia con Salomón y Boaz [Booz] era el del bisabuelo del rey David y obviamente se asocia con David.

En varios tratados, especialmente escritos por Maestros masones norteamericanos, existen claras referencias a la estrecha vinculación entre los últimos caballeros templarios refugiados en Escocia y la constitución de la primera logia masónica moderna en Londres en 1717 y la posibilidad de que, por ese motivo, los templos masónicos modernos sigan la tradición templaria de erigir esas columnas en sus templos con las letras J y B, como es el caso, entre otros, de la famosa capilla de Rosslyn en Escocia para honrar a Jacques De Molay (cuyo nombre en latín era Jacobus Burgundius Molay – J B M), el último gran maestre templario y considerado mártir y caballero sagrado (en hebreo Kadosch), quien al igual que Hiram Abif en la Leyenda, encarnan los principios masónicos de lealtad, amistad, heroísmo y valor. Vemos un paralelo con la Leyenda de Hiram, en la que 3 rufianes (Jubela, Jubelo y Jubelum) lo matan por no querer revelar los secretos de Maestro Masón incluyendo la Gran Palabra Masónica, el nombre de Dios. Los rufianes en el caso de De Molay, fueron Guillermo de Nogaret, Felipe IV “el Hermoso”, rey de Francia, quien con la anuencia del papa Clemente V, mandó arrestar y torturar a Jacques de Molay, junto a 138 hermanos, el viernes 13 de octubre de 1307, condenándolo a morir en la hoguera en la catedral de Notre Dame el 18 de marzo de 1314, sin que jamás revelara los secretos de la Orden, al igual que Hiram Abif en la leyenda. En algunas fuentes, se propone la idea que la Leyenda de Hiram se refiera realmente a Jacques de Molay.

En el “Catéchisme des Francs-Maçons” de 1744 se menciona que Jaquín es la columna donde los aprendices reciben su salario. Dice: “Pregunta: Cuál es el significado de Jakhin? Respuesta: Es el nombre de una de las dos columnas de bronce que estaba en el Pórtico del Templo de Salomón donde los Aprendices se reunían para recibir su salario.”

Las columnas masónicas que conocemos son muchos menores en tamaño que las originales, aunque proporcionales, sobre las columnas se agregaron esferas sobre las que se dibujaron globos celestes (derecha) y terráqueos (izquierda) sin ninguna relación aparente con raíces antiguas. Si bien el simbolismo de representar las dualidades del cielo y la tierra, el espíritu y la materia en el portal de ingreso parece ser muy significativo. Rodeando la base de las esferas hay una serie de granadas que con la exuberancia de sus semillas simbolizan abundancia y fertilidad, fruta que tenía asociaciones místicas en la antigüedad. Para la masonería denota

esa abundancia que es el fruto de una utilización sabia de los dones que recibimos. El espacio hueco dentro de las columnas de algunos templos masónicos, aparentemente en ciertas épocas fue usado como repositorio de rollos constitucionales y diversos documentos. En nuestras logias las columnas sólo se ven desde adentro y vemos la columna con la letra J a la izquierda, pero al entrar esa columna está a la derecha y al sur como en el templo de Salomón. Es interesante mencionar además que en el siglo 18, ambos vigilantes se ubicaban al occidente, de frente al oriente, cercanos a cada una de las columnas que les corresponden hasta hoy y que se asocian a los dos primeros grados.

En el momento de la iniciación, uno está pronto para un renacimiento espiritual y por lo tanto debe pasar entre columnas ingresando a un nuevo nivel de conciencia, con la comprensión de que lo que necesita es el firme control que una de las columnas representa y la fuerza representada por la otra, sabiendo que control sin fuerza es tan fútil como fuerza sin control. El candidato avanza con fuerza y poder, pero guiado por la sabiduría y el control. Se eleva por el poder que está en él, pero llega por la sabiduría de su corazón.

En conclusión, las columnas no tienen valor estructural, al estar erigidas libremente en la mayoría de los casos y ciertamente en el caso de las que estaban delante de la entrada del templo de Salomón puesto que no sostenían ninguna estructura. Tampoco parece de gran relevancia su aspecto meramente ornamental o su posible uso como repositorios de documentos. Así que el mayor énfasis es de valor simbólico. Resulta obvio que las columnas constituyen un portal firmemente establecido que claramente separa el mundo profano de la cámara interior en la que los masones realizamos nuestros trabajos lejos de “la indiscreción de los profanos”.

Fuente: Rislo Buscaróns: http://www.fraternidad6.ewebsite.com/page/las-columnas-del-templo

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