lunes, 5 de enero de 2015

La Plomada en la formación del Aprendiz
Escrito por R.·.L.·. Progreso nº 1850
plomada
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A partir de la lectura del libro “La Plomada”, y concretamente de su segundo capítulo, se puede colegir que la enseñanza masónica es un concepto muy amplio, aunque se pueden destacar tres pilares fundamentales para el camino, una vez nos hayamos iniciado en la francmasonería:

VALORES PERSONALES (la discreción; el masón como un ser en búsqueda; la valioración del Profano; el entusiasmo)

La discreción es un primer valor dentro del ámbito de lo personal. Se trata de una discreción similar a la de una relación afectiva profunda. En nuestro caso, procede de la amistad sincera que se comparte en nuestras relaciones y reuniones, como parte de lo que significa pertenecer a un grupo.

En el apartado del masón como un ser en búsqueda nos encontramos con una reflexión que apunta a ese silencio interior que nos ayuda a buscar explicaciones o incluso soluciones a nuestras inquietudes. Con frecuencia, lo importante no son las respuestas, sino las preguntas. Una buena pregunta interior ya está a la altura de la respuesta que más adelante habremos de encontrar. En la vida masónica, este recorrido místico, este viaje interior, se hace necesario desde el ritual de iniciación.

En la valoración del profano vemos como destacan los conceptos de integridad y libertad. La integridad aparece como la cualidad de ser uno mismo, no comprometido con falsedades ni intenciones ocultas. La libertad es la consecuencia lógica de la integridad, puesto que el ser íntegro se encuentra libre para elegir, según criterios de honestidad intelectual.

El entusiasmo es una cualidad descrita como la superación y las ganas de luchar por un mundo más justo. Es la energía de la acción. Y aquello que nos permite no resignarnos ante las diferentes formas de opresión contra el ser humano en el mundo. Este entusiasmo no solo es conveniente, sino necesario en la construcción masónica de la personalidad. No vale ser solo contemplativo, hay que actuar, como no se es deportista viendo deportes en la televisión, sino practicándolos.

VALORES SOCIOPERSONALES (el masón y la masoneria; convertirnos en masones; el compromiso masonico)

En el apartado del masón y la masonería se hace una alabanza a la diversidad dentro de la masonería, desde el espíritu de libertad, igualdad y fraternidad. Se plantea un nivel superior de conciencia colectiva en torno a unos valores y un nivel de conciencia media que se orienta a ser referencia del comportamiento cotidiano.

Nos convertimos en masones en un proceso de iniciación y fraternidad, acudiendo a unos valores comunes que son la perfectibilidad del ser humano, la perfectibilidad –a su vez- de las sociedades humanas y el sentido de grupo cohesionado. En consecuencia, se es masón siempre, como parte de ser uno mismo; no se puede ser masón a ratos, como un traje de quita y pon.

El compromiso masónico comienza con la Iniciación, desarrollando a partir de ahí valores como la discreción, el amor fraternal y el respeto a las normas masónicas. Además, el compromiso implica la fidelidad a uno mismo y se materializa en la prudencia de decir solo lo que el corazón aprueba y callar lo que es dudoso. A su vez, el deseo de perfección guía los actos y se traduce en compromisos como la realización de los trabajos, la contribución a los temas de reflexión y otras responsabilidades. Todo esto no condiciona que el masón pertenezca, a su vez, a un partido o un sindicato, ya que la masonería es suficientemente amplia como para acoger la mayoría de las ideas, dentro unos valores humanos elementales. En suma, en la masonería se combina la búsqueda interior con la acción concreta exterior, en un recorrido progresivo individual y grupal.

VALORES SOCIALES (una trayectoria anclada en la realidad; la fracmasoneria, sociedad iniciatica)

En este primer apartado de Una trayectoria anclada en la realidad, nos encontramos con una doble visión de la masonería, como corriente especulativa y como corriente centrada en la realidad. Como corriente especulativa, ha habido valoraciones negativas de sus actividades, por ser excesivamente “escolástica”, es decir, llena de debates estériles; sin embargo, este lado especulativo o teórico es visto como positivo cuando se orienta a desarrollar el método simbólico (figuras, formas, herramientas…) integrando el llamado “ser humano viejo”, que entendemos como primitivo o instintivo y el “ser humano social”, que es la propia humanidad. Por otra parte, como corriente centrada en la realidad, la masonería se remite simbólicamente a los oficios de la construcción y se concreta hay en día en las acciones hacia otras personas, de manera benefactora y altruista.

En la francmasonería, sociedad iniciática se destaca la iniciación a la masonería como un antes y un después que hará de la persona alguien diferente para siempre. El paso bajo la regla, aceptado con libertad, marca el comienzo del proceso iniciático. Estas tradiciones podrán cambiar –no al ritmo de las modas- pero sí con los tiempos y con la armonía con la que crece un jardín. La tradición tiene su particular atractivo, adaptada como convenga y prudentemente a las necesidades actuales.

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